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Así que, siendo enviados por la iglesia(A), pasaron por Fenicia(B) y Samaria, relatando detalladamente la conversión de los gentiles(C), y causaban gran gozo a todos los hermanos(D). Cuando llegaron a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia, los apóstoles y los ancianos(E), e informaron de todo lo que Dios había hecho con ellos(F). Pero algunos de la secta(G) de los fariseos(H) que habían creído se levantaron diciendo: «Es necesario circuncidarlos(I) y mandarles que guarden la ley de Moisés».

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